Contamos con las técnicas más avanzadas para ayudarte a quedarte embarazada.
Los tratamientos de preservación de la fertilidad son aquellos en los que el fin, como en las demás terapias reproductivas, es conseguir un embarazo, pero no de forma inmediata sino aplazado en el tiempo. Esta decisión se puede tomar por diversas circunstancias, por ejemplo, en el diagnóstico de un cáncer. El tratamiento quimioterápico y radioterápico puede tener un efecto de pérdida de ovocitos y atrofia ovárica, que, en la mayoría de casos, será irreversible dado que los ovarios tienen un número fijo de células germinales que no se van a regenerar.
Existen también enfermedades no malignas que van a requerir tratamientos como, por ejemplo, algunos tipos de enfermedades auto-inmunes, o simplemente, la mujer decide por razones diversas, como no tener deseo gestacional en ese momento, utilizar estas técnicas.
La vitrificación es la técnica para congelar los óvulos que ha mostrado los mejores resultados. A diferencia de la congelación clásica, con este método evitamos la formación de cristales tan nociva a nivel celular.
El ovario funciona como un almacén de óvulos, el momento en el que contiene su mayor número (6-7 millones) es en la vida fetal (dentro del útero de la madre). A partir de ese momento, el número disminuye: al nacer desciende a 1-2 millones de ovocitos y alrededor de los 50 años se agota la reserva ovárica y comienza la menopausia.
Se pueden distinguir 5 etapas dentro de la reserva ovárica:
Para determinar la reserva ovárica de una mujer se emplean tanto el análisis hormonal como la ecografía transvaginal para contar los folículos antrales. La hormona Anti- Mulleriana es una sustancia que se produce en el ovario y es uno de los marcadores que mejor refleja no sólo la reserva ovárica sino también la respuesta a los tratamientos de estimulación ovárica y su probabilidad de embarazo.
Se puede medir en cualquier momento del ciclo: niveles entre 2-7 ng/ml nos indican una muy buena reserva, entre 1-2 ng/ml es una reserva normal y niveles inferiores a 0,6 ng/ml se considera baja reserva.
El momento óptimo para vitrificar óvulos con el objetivo de retrasar la edad para ser madre sería entre los 30 y los 37 años. Por encima de esa edad la calidad de los óvulos conservados disminuye y las posibilidades de conseguir un embarazo evolutivo son menos favorables que con óvulos más jóvenes.
Los riesgos son mínimos y es un tratamiento muy bien tolerado por la mayoría de las mujeres.
Los principales son riesgos derivados del tratamiento de estimulación ovárica, generalmente molestias leves a nivel abdominal; riesgos derivados de la anestesia o de la punción folicular como dolor y sangrado, aunque se suelen presentar de forma leve.
No afecta a la fertilidad posterior.
Se necesitan aproximadamente 15 días para madurar los óvulos y que sean óptimos para poder vitrificarlos, en esos días se realizan controles cada 3-4 días con el ginecólogo.
La medicación se administra en casa diariamente y el ginecólogo en cada control irá indicando la dosis necesaria.
Los óvulos se extraen en quirófano bajo sedación y a los días vendrá la regla como normalmente.
La medicación se administra por vía subcutánea, es pinchada pero está pensada para que lo haga la mujer en su casa de forma sencilla y cómoda.
Para que el proceso de extracción de los óvulos sea indoloro se utiliza una sedación, se realiza por la mañana y por la tarde se puede continuar con la vida normal.
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